Escrito por Evelyn Jimenez-Argueta
Desde el otoño del 2022, aproximadamente 15.400 (57%) de estudiantes son de primera generación. Algunos empleados y profesores igualmente son graduados universitarios de primera generación.
El comienzo del año escolar puede ser un cambio bien drástico para algunos alumnos porque la diferencia entre la escuela preparatoria y la universidad es inmenso. Diferencias como una carga de trabajo académica más pesada, problemas financieros, gestión del tiempo y nostalgia pueden afectar la experiencia de un estudiante de la universidad.
La alumna Ashley Cardenas explicó que los primeros días en la universidad fueron muy difíciles para ella.
Cardenas cuenta, “Los primeros días fueron horribles para mí. Me acuerdo llorando entre esos días y fue muy terrible porque no podía entender las cosas ni encontrar mis clases, pero ahora me encanta porque ya me estoy acostumbrando”.
Un campus universitario es mucho más grande que una escuela preparatoria. Los edificios son más grandes y la propiedad es más amplia y puede ser difícil encontrar las clases. Los estudiantes también pueden sentirse abrumados por el hecho de que haya muchos alumnos alrededor.
Cardenas es una estudiante de primer año y está estudiando ciencias políticas. Ella cuenta, “Estoy muy emocionada de encontrar clubs con los que me pueda identificar y recibir apoyo.”
Algunos estudiantes latinoamericanos luchan por el cambio de cultura mientras otros estudiantes están emocionados por el cambio de cultura como poder ser más independientes en la universidad.
La estudiante Katherine Téllez lleva tres años estudiando biotecnología en la universidad de Cal Poly Pomona. Téllez cuenta que vive con sus padres en la ciudad de El Monte y maneja a la universidad para recibir sus clases.
Ella es hija de padres mexicanos y contó su experiencia como latina en la universidad. Con una gran sonrisa dijo, “Me siento muy bienvenida estar rodeada de otros estudiantes hispanos. Esa fue una de las razones principales en porque escogí está universidad.”
Ella había tomado un año de sabático y comenzó a trabajar como cocinera, pero luego declaró que no le gustó la experiencia. Después de terminar de trabajar como cocinera, se puso ansiosa por querer regresar a estudiar.
Téllez comentó que la mayoría del apoyo que ella ha recibido son de sus amigas que ha encontrado en sus clases de laboratorio y espera graduarse este próximo año con ellas.
Es recomendable para estudiantes hispanos que visiten el Centro de Educación Superior César E. Chávez para recibir apoyo cultural para latinos. El centro ayuda a aumentar la graduación de retención de reclutamiento y el orgullo cultural.
Natalie Arellano es una estudiante de primera generación. Arellano también es una estudiante de primer año y su especialidad no está declarada.
Por tal motivo, le da tiempo para poder terminar sus clases de educación general mientras se decide en qué se quiere enfocar.
Arellano expresó, “Ha sido divertido e interesante, porque siento que esta universidad es muy inclusiva”.
Ella explicó que no está muy involucrada en clubs o actividades que la universidad proporciona.
Ella dice, “Siento que si me rodeo de las personas adecuadas o con la gente de mi raza me ayudara a tener éxito”.
Aunque la universidad puede ser muy diferente, encontrar a las personas adecuadas definitivamente puede mejorar tu experiencia.
Foto cortesía de Xochitl Lara