Escrito por Antonia Lopez
La misoginia está muy arraigada en la cultura Latinx, y es un ciclo que se repite en las nuevas generaciones por la forma en la que se han criado los hijos de dichas generaciones. Incluso las familias que intentan ser más abiertas y progresistas siguen siendo víctimas del machismo y la misoginia.
Las diferencias en el tratado entre el hombre y la mujer se pueden ver en las expectativas que las familias tradicionales tienen hacia sus hijos varones.
En la casa, los hombres son los sustentadores y las mujeres las cuidadoras. La forma en la cual esto se transfiere es en la forma de enseñar y criar a los hombres para ser fuertes, hasta el punto de que no se les permite ser vulnerables con aquellos a quienes quieren y cuidan.
A los niños criados en hogares Hispanos a menudo se les enseña que llorar o estar triste en general los hace verse como menos hombres. Esto hace que esas mismas personas estén destinados a reprimir sus emociones y liderar a su familia sin una manera saludable de procesar sus emociones.
La falta de vulnerabilidad enseñada a los niños los sigue hasta su edad adulta. Recuerdo que cuando tenía 12 años, senté a mi padre antes de decirle que quería morir, que no veía ningún futuro en el que pudiera amarme a mí misma y que no quería seguir adelante. Mi padre, el hombre que dejó su vida en Chile para poder criarme, y renunció a todo lo que tenía que ser en mi vida, me miró descaradamente. Se paró de su lugar, y salió del cuarto, donde yo y mi madre nos quedamos. Cuando volvió, vi sus ojos rojos, y la pena que intentó esconderme de mí, pero nunca vi sus lágrimas.
En la situación de las hijas, las mujeres están destinadas a limpiar y cuidar la casa y, si hay hermanos menores, cuidar a esos niños. No hay tiempo de ocio, no hay tiempo para que ellas cuiden a su persona y tengan tiempo libre porque la prioridad de una mujer de hogar es cuidar su casa y familia.
Recuerdo las vacaciones que pasé con mi madre cuando yo y ella estábamos en la cocina, lavando todos los platos mientras mi padre y mis hermanos miraban la televisión. Cuando le pregunte porque ella me pide a mí, en vez de mis dos hermanos, ella dice “Bueno si no quieres ayudar, no lo hagas”.
La siguiente diferencia se encuentra en cómo los padres abordan las citas románticas.
Los padres alientan a los hijos a tener citas, a salir y tener relaciones sexuales como les plazca porque entre más mujeres más hombre es. Cuando un padre se entera de la vida amorosa de su hijo, recibe una palmadita en la espalda. La madre del hijo le enseña a que debe ser respetuoso hacia las mujeres en su vida, pero fallan en decirle a sus hijos cuando cometen errores con su pareja.
En contraste, a las hijas se les enseña a permanecer puras y mantenerse alejadas de los hombres, ya que solo buscan quitarles la virginidad. El padre se pone a la defensiva cuando se entera que su hija está saliendo con alguien, y asume lo peor de su pareja. La madre enseña a la hija como debe presentarse, que no debe perseguir a alguien a quien le gusta, porque la hace ver desesperada. Es irónico cuando mantienen a sus hijas alejadas de los hombres que los mismos padres están criando a un hijo igual a los que les advierte a sus hijas.
La diferencia también se puede traducir en la situación cuando un hijo presenta a una novia a comparación de una hija presentando a su novio.
Cuando el hijo presenta a su novia, es muy común que la madre y tías del hijo sean muy críticas con su novia. Critican cómo se viste, cuánto come, su figura y como habla con los demás en su familia. Para la novia del hijo, se espera que trate al hijo de la misma manera a como su madre lo trata a él. Si la novia va en contra de eso, después la familia ve a la novia como una mujer corrupta y no merece pertenecer a la familia.
A diferencia del hijo, cuando la hija presenta a su novio a la familia, el padre es quien critica a la pareja. El padre se pone defensivo de su hija, y crítica como el novio actúa. Muchas veces, el papa intenta ver cómo es de fuerte el novio, y quiere saber las “intenciones” que tiene con su hija. Como dije antes, su padre ve a los hombres en su vida como personas que quieren aprovecharse de ella. Tienen poca confianza en que su hija sabe con quién se está juntando.
Por último, los padres en la comunidad Latinx educan a sus hijos para que busquen carreras para salir adelante.
Los hombres están destinados a seguir una carrera en la que tengan garantizado el éxito. Una carrera destinada a mantener a su familia y mantenerlos estables financieramente. Si bien, uno siempre debe aspirar a la estabilidad financiera, pero muchas de las veces esto no les permite aventurarse y buscar su propia pasión.
Las muchachas son criadas a través de su juventud para ser esposas y moldean su vida según su esposo e hijos en lugar de ellas mismas. Si bien se les anima a obtener una educación, se les inculca la mentalidad de que su familia es lo primero.
Si, en muchos aspectos ha mejorado el machismo y misoginia en las familias Latinx, pero igual sigue el ciclo donde se mantiene el hombre como líder de la casa, y la mujer como una sirvienta. Está en las manos de la nueva generación desaprender estas prácticas y establecer más igualdad para las familias que ellos decidan tener.