Escrito por Ami Medina y traducido por Samantha Valdez, Dec. 10, 2024
Es el 30 de octubre y es el quinto partido de la Serie Mundial entre los Dodgers de Los Ángeles y los Yankees de Nueva York, y los Dodgers, que ya han ganado tres partidos, solo necesitan un strike para asegurar el título de la Serie Mundial de 2024.
Afuera de LA, los fuegos artificiales han silenciado. El olor de carne asada permanece en el aire, pero nadie come, todos están pegados viendo el partido. Toda la familia se juntó, pero el cuarto está en silencio, la tensión es real.
Walker Buehler, un lanzador de los Dodgers, se prepara y suelta el lanzamiento. Alex Verdugo de los Yankees hace swing y se poncha. El tercer strike. Los Dodgers de LA son los campeones de la Serie Mundial.
Pronto después de la victoria, se cayeron celebraciones en los vecindarios del este de LA, donde se escucharon ecos de triunfo por la manzana. En ese momento, el profundo, sólido amor para LA y para este equipo, está en demostración completamente.
Por décadas, el este de LA ha sido el hogar de una gran comunidad latina donde la cultura y tradición están muy arraigados. Los Dodgers son más que un equipo aquí, simbolizan orgullo e identidad. Con esta victoria, la Raza, un término que personifica el orgullo de la comunidad latina, demostraron su amor propio.
Una multitud de coches pasaron por Whittier Boulevard, pitando con banderas de Dodgers ondulantes. Fanáticos dedicados se juntaron en las calles, creando una conmoción animada por el gran triunfo.
“Pienso que esta ciudad me he impactado como fanático de los Dodgers porque la Raza no juega”, dijo Leslie Saldivar, una nativa del este de LA. “Amamos a este equipo, y siempre los apoyamos. Esta victoria es enorme para nosotros, y creo que no sólo ha acercado mucho a la comunidad hispana, sino también a todos en Los Ángeles”.
Aunque los Dodgers llevaron la delantera en la serie 3-1, el quinto partido fue una situación tensa, especialmente después que estuvieron abajo 5-0 en las primeras cuatro entradas.
“En las primeras tres entradas Gerrit Cole estaba lanzando muy bien para los Yankees y nuestro ofensivo no pudo hacer mucho”, dijo Abraham Medina, un exjugador de béisbol para Garfield High School y residente del este de LA. “Por otro lado, el lanzador de los Dodgers Jack Flaherty, no estaba colocando sus lanzamientos así que los Yankees fueron capaces de anotar cinco carreras por la quinta entrada. Pero en la quinta entrada, la defensa de los Yankees no pudo realizar jugadas de campo y desperdició la ventaja de su equipo con cinco carreras no ganadas”.
Miembros de la comunidad latina no siempre fueron fanáticos de los Dodgers como son hoy. Tuvo tiempo para desarrollar el lazo entre el equipo y sus apoyantes latinos.
Según LAist, cuando los Dodgers se mudaron a Los Ángeles desde Brooklyn en 1958, el impacto en las comunidades circundantes, particularmente los mexicanos-americanos en el área de Chavez Ravine, fue profundo. La batalla de Chavez Ravine, en el que cientos de familias mexicanas-americanas fueron desplazadas para dar paso al nuevo Dodger Stadium, dejó un legado amargo.
A pesar de esto, con el tiempo, el equipo empezó a forjar una conexión más profunda con la comunidad, a medida que la población latina creció y comenzaba a ver a los Dodgers como algo más que un simple equipo de béisbol.
Fernando Valenzuela apodado “El Toro” fue un jugador que fue un vínculo fundamental que conectó a la comunidad latina con los Dodgers. Fernando Valenzuela fue un lanzador clave para los Dodgers de Los Ángeles en la década de 1980.
Nacido en un pueblo chico de Sonora, México, Valenzuela fue el más joven de 12 hijos. Su paso desde comienzos humildes a volverse como uno de los más queridos jugadores en la historia de los Dodgers resonó profundamente con la comunidad latina en Los Ángeles.
A medida que la carrera de Valenzuela floreció, el fandom de los Dodgers creció hasta convertirse en parte de la cultura. Con el tiempo, el equipo vería un número creciente de jugadores mexicanos y latinos, fortaleciendo aún más el vínculo entre los Dodgers y su creciente base de fanáticos latinos.
“Sin duda, nuestra comunidad celebra de manera diferente”, dijo Javy Valenzuela, estudiante de kinesiología de Cal Poly Pomona. “Desde pequeño recuerdo que nuestras celebraciones eran celebraciones enormes. Cuando los Dodgers ganaron la Serie Mundial, toda mi familia lo celebró tomando juntos y viendo los fuegos artificiales afuera. Asamos carne asada y volvimos a ver el partido”.
La experiencia de Javy Valenzuela y su familia con la victoria de los Dodgers es más que una simple victoria: es una razón para reunirse, celebrar y honrar al equipo que aman profundamente.
Si bien la comunidad latina ha mantenido durante mucho tiempo un vínculo especial con el equipo, esta victoria unió a los angelinos de todos los orígenes, culturas y vecindarios. Las celebraciones fueron un reflejo del orgullo compartido no sólo por los fanáticos de Los Ángeles, sino también por los seguidores de Pomona, de toda California y más allá.
Mientras que los fuegos artificiales iluminaban el cielo y las familias se reunían para celebrar, una cosa quedó clara: los Dodgers y la comunidad que los anima estarán entrelazados para siempre, unidos por un amor que va mucho más allá del estadio.
Imagen destacada cortesía de Ami Medina
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