Escrito por Cristopher Pineda y traducido por Samantha Valdez, Oct. 24, 2024
En la escuela secundaria trabajé para recibir mi certificación de técnico asistente veterinario y fui aprendiz en una clínica veterinaria local. Cuando el dueño me advirtió que la oficina era ‘muy abierta a discurso político’, no me di cuenta de que esto significaba retórica racista hacia inmigrantes latinos. Como hijo de inmigrantes latinos, me sentí sobrepasado en número y sin voz en el campo. Me marché pronto después de terminar mi clase y nunca regresé a esa clínica. Aun así, no deje mi sueño de sacar un título en zootecnia con énfasis en pre-veterinario y de solicitar a una escuela veterinaria, y tampoco deben otros latinos que desean ser veterinarios.
Es común sentirse aislado en el campo veterinario. Aunque ya no se considera el trabajo más dominado por gente blanca hoy, según la Oficina de Estadísticas Laborales en 2022, aproximadamente 91.4% de las personas que tienen un doctorado en medicina veterinaria son blancos, mientras solo 0.5% son hispanos o latinos.
Más de 60% de los estudiantes en el Don B. Huntley College of Agriculture (la Facultad de Agricultura de Don B. Huntley) de Cal Poly Pomona, que tiene el departamento de Zootecnia y Ciencias Veterinarias, son latinos. El departamento es la sección más grande de la Facultad de Agricultura con un 16%. Sin embargo, ver las estadísticas a nivel nacional es desalentador para los estudiantes en nuestra comunidad.
Aunque hay apoyo en CPP para los estudiantes latinos, el departamento de Zootecnia y Ciencias Veterinarias necesita reflejar la demografía dentro de la escuela.
Arely Navarro, una exalumna latina de CPP y estudiante veterinaria en UC Davis, recuerda que nunca ha conocido un doctor de medicina veterinaria latino, aunque vivía y trabajaba en una comunidad que principalmente atendió hispánicos. (En una comunidad que era mayoritariamente hispánica.)
“Todos los mentores que tuve no eran gente de color”, dijo Navarro. “Esto fue algo con lo que luchaba porque ellos no se podrían empatizar con mis desafíos como estudiante de primera generación”.
La falta de representación (veterinaria) impacta a la gente tratando de obtener acceso al campo veterinario y las comunidades que sirven. Según Packaged Facts, desde 2008 a 2018 se ha aumentado los dueños de mascotas latinos un 44%.
Debido a la aumenta de los dueños de mascotas latinos, veterinarios que no son bilingüe dependen en a su equipo de apoyo, por ejemplo, los técnicos veterinarios, recepcionistas, asistentes y atendientes de la guardería canina, para asumir la responsabilidad de ser traductor y encargarlos en cuidar sus clientes. He trabajado en diferentes hospitales como atendiente de la residencia canina y asistente veterinaria y en aquel entonces era el único empleado que podía hablar español. Aunque lo hacía felizmente, necesitamos animar al equipo de apoyo para que busquen puestos más altos en el área veterinaria y enseñen a los veterinarios a ser competentes culturalmente.
Gabriella Mónaco, la presidente de diversidad y estudiante veterinaria latina en UC Davis, se dio cuenta que la falta de recursos dentro de la profesión veterinaria es la razón por la cual los miembros del personal no intentan obtener más educación para convertirse en veterinarios.
“Veo que la mayoría de nuestras enfermeras veterinarias son chicas latinas que pueden estar en la escuela veterinaria”, dijo Mónaco. “Están mal pagadas y hay elitismo dentro la medicina veterinaria ya que esconden mucha información de las técnicas, impidiendo que mejoren y aspiren por algo más avanzado”.
Hay un gran obstáculo que los estudiantes de primera generación, quienes son frecuentemente parte de los subrepresentados, enfrentan no solo para solicitar los programas veterinarios, sino también para la educación universitaria. La razón por la falta voces minoritarias es que no tenemos mentores latinos que conocen los desafíos de nuestra comunidad y pueden compartir el conocimiento de cual próximo paso debemos tomar para ser aceptado en estos programas. Los estudiantes latinos universitarios y de postgrado ocupan más accesibilidad, recursos y apoyo para obtener el éxito total en el estudio veterinario.
Melissa Pintado, otra estudiante de la zootécnica trabajando como asistente de veterinaria, ha escuchado tanto vocabulario racista y desmoralizante en su lugar de trabajo que casi es normal.
“Cuando entrevistaron una de mis amigas para un trabajo en mi clínica, ella compartió con el dueño que quería ser una veterinaria, y él respondió con ‘¿No está afuera de tu alcance?’”
Ser aceptado a la escuela veterinaria es notoriamente duro, además de obtener ayuda financiera y apoyo para atender esos programas. Hay 49 universidades acreditadas por American Veterinary Medical Association, la Asociación Americana de Medicina Veterinaria, globalmente y 32 se encuentran en los EE. UU. Por lo contrario, hay 159 universidades de medicina acreditadas en los EE. UU. De acuerdo con Association of American Veterinary Medical Colleges (AAVMC), la asociación de universidades americanas de medicina veterinaria, solo 10% de los aplicantes son admitidos a un programa veterinario. Según los datos de la AAVMC, en 2018 sólo un décimo de los aplicantes fueron latinos o hispánicos. Esto significa que los estudiantes latinos tienen estadísticamente un 1% de posibilidad de ser admitidos a la escuela de veterinaria.
Se han realizado esfuerzos para motivar más grupos subrepresentados a obtener acceso a la profesión veterinaria. Organizaciones, tales como Latinx Veterinary Medical Association (LVMA), la asociación latinx de medicina veterinaria, y Veterinarians as One Inclusive Community for Empowerment (VOICE), los veterinarios unidos como comunidad inclusiva para empoderamiento, han apoyado estudiantes de antecedentes diferentes durante su educación y más allá. Ambas organizaciones ayudan a elevar la diversidad a través de recursos sobre becas, eventos culturales, programas de mentores y comunidad.
Latina Cynthia Rosenblatt, exalumna de CPP y estudiante veterinaria en Midwestern University, reinició en su escuela la sección de LVMA para difundir la conciencia social y construir su propia comunidad.
“Simplemente gravite hacia las personas que se parecen a mí”, dijo Rosenblatt. “Vimos la importancia de la representación en la escuela veterinaria y la educación superior. Un estudiante en su tercer año que estaba guiándonos mencionó empezar el club de nuevo, y así lo hicimos”.
La LVMA nacional fue establecida en febrero de 2020 con la meta de aumentar la visibilidad de profesionales latinos en la comunidad veterinaria. La asociación también ha iniciado múltiples secciones en los EE. UU. en varias universidades veterinarias.
Yubitza Millot-Audetat, exalumna latina de CPP y estudiante en Western University of Health Sciences que creció hablando español en un área muy diversa culturalmente, es miembro del club LVMA en su escuela. A través del club, ha aceptado su cultura aún más y quiere ayudar a otros en su comunidad cultural, educando a sus compañeros de clase latinos.
“Estamos tan acostumbrados a hablar español en casa que no sabemos términos médicos en español, y estamos desmoralizados”, dijo Millot-Audetat. “Nuestra organización está recaudando fondos para proporcionar folletos de términos médicos en español para todos los estudiantes que están interesados, no solo los hispanohablantes, para que ellos puedan entender y ayudar a sus clientes”.
Colocado en Pomona, WesternU, sirve a una población mayoritariamente latina. La universidad ayuda con Street Dog Coalition, la coalición de perros callejeros, que proporciona asistencia médica de mascotas a bajo costo a través de clínicas temporales en el área de Los Ángeles. Millot-Audetat mencionó que con la ayuda de la LVMA, puede practicar sus habilidades de comunicación para mejor asistir los clientes, que hablan principalmente español, a obtener cualquier tratamiento que sus mascotas pueden necesitar.
Aunque la LVMA ha ayudado establecer comunidades con impactos significativos, todavía permanece un gran tamaño de prejuicio en el campo. En el 23 de septiembre, la LVMA albergo un seminario web celebrando el mes de la herencia hispana, donde individuos infiltraron y demostraron comportamientos obscenos y agresivos, interrumpiendo el evento. El evento era para celebrar y animar la comunicación bilingüe con clientes en las comunidades latino. Interrumpieron el evento que lucha por la inclusión con el intento de humillar y arruinarlo. La LVMA está determinada para reprogramar y continuar a fomentar estos eventos. Tener un problema como este, mientras celebramos nuestra herencia es muy desmoralizante, pero también enseña que la representación persiste en ser una batalla.
Aunque hemos visto grandes avances para promover la diversidad dentro del campo veterinario, falta mucho. Atendí programas de verano en dos escuelas veterinarias y experimenté vida en sus campus. Estos programas se estructuraron para que estudiantes de entornos subrepresentados aprendieran más sobre la carrera veterinaria y se animarán a buscar una educación superior.
Aunque estoy muy agradecido por estas oportunidades, mirando a los maestros, médicos, residentes, pasantes y veterinarios, todavía es raro ver a miembros de mi cultura y comunidad en el mundo académico. Hay una sensación de aislamiento, siento que estoy tratando de admirar a las personas porque no me veo reflejado. No puedo admirar a un mentor que sea como yo, pero también me resulta difícil hablar con mi familia sobre mis luchas en el campo porque, aunque me apoyan, no han estado en mi lugar.
Como espero convertirme en veterinario y acabo de enviar mi solicitud, quiero formar parte del 0,5% y ayudar a otras personas que se sienten solas en el campo veterinario a encontrar la comunidad latina que los apoya.
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